La fe que da vida

En una época de persecución, hacia finales del siglo primero, un hombre anciano es privado de libertad y desterrado a vivir en la tierra del olvido, una árida isla de piedra volcánica. Considerado un peligro para el imperio, porque su mensaje de un Señor, que no es César, sigue esparciéndose sin distinción social alguna.

Es el último de un grupo de hombres que estuvieron con Él, en una intimidad que el transcurso de los años no ha podido dejar sólo en el recuerdo. Cristo es su vida, su libertad, su esperanza, una nube lo escondió de su vista, pero ahora siendo llamado desde más allá de la nube y rendido ante aquel que es más radiante que el sol, deberá escribir el conocimiento que de las iglesias tiene aquel cuyos ojos son como llama de fuego, escribir lo que el Espíritu dice a las iglesias, “yo conozco tus obras” (Apocalipsis 2:19).

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