De regreso a casa

Y volviendo en sí…” (Lucas 15:17).

Siempre es grato disfrutar de una buena historia, de su ambientación, de la capacidad de hacernos comprender el conflicto que se entrelaza entre los distintos personajes, más aún cuando nos percibimos identificados con alguno de ellos, que nos hace esperar con expectativa creciente su desenlace. El Maestro nos ha contado la historia de un hombre y sus dos hijos, descubrir su trama, su clímax y su incierto fin, nos preparan para encontrarnos con el corazón del Padre.

Compártelo: