El fundamento inconmovible

Evangelismo

La conocida parábola de los dos cimientos, nos enseña una sencilla y profunda lección: la estabilidad de nuestros fundamentos es probada en la hora de la crisis (Mateo 7:24-27).

Jesús es muy franco en reconocer la transversalidad del sufrimiento en la vida humana, alcanzando a prudentes y desapercibidos. En este contexto, Él se revela como una Roca que participa de un mundo sufrido. Tal es la belleza del Evangelio: Dios sufre con el hombre, otorgándole propósito, esperanza y sentencia final al dolor.

Tal es la Roca que no será conmovida.

La gran pregunta que necesitamos responder ahora es: ¿Sobre qué terreno hemos edificado nuestra casa?

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