Evangelismo
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).
Quien sinceramente se acerque a Dios, reconocerá que, lejos de Él, la paz es efímera y sin fundamento sólido.
Cuando afirmamos que “Cristo mismo” es nuestra paz, lo hacemos basados en los contundentes hechos relacionados con Su Persona y Su obra.