Viviendo la centralidad de Cristo

Tras haber sido abierto su entendimiento para la comprensión de las Escrituras, los discípulos llegaron a ser muy fructíferos en su servicio bajo la dependencia del Espíritu Santo. Hoy tenemos las Escrituras del Nuevo Pacto, con un nivel muy elevado en cuanto a vida y poder. Necesitamos el mismo favor del Señor que ellos recibieron, para ser fieles siervos del Señor en la presente generación, con miras a Su glorioso retorno.
Mateo 26:36-44; Romanos 15:18-19; 1 Corintios 15:10; Gálatas 2:20; Efesios 3:16-17; Filipenses 1:21; Colosenses 1:27; 2 Corintios 12:7-10.

Los apóstoles vivieron y sirvieron bajo los principios del nuevo pacto, es decir, ya no bajo las exigencias de una ley externa sino en el poder de la vida de Cristo y del Espíritu Santo. La centralidad de Cristo en su vida práctica tuvo este sello: “No yo, sino Cristo”. Así como Jesucristo Hombre, en toda su vida terrena, y especialmente en la agonía de Getsemaní, puso su querer y su voluntad de lado, para dar lugar a la voluntad del Padre, los apóstoles aprendieron “a ponerse a un lado”, en cuanto a su yo natural, dando paso al poder y la vida de Cristo… con gloriosos resultados.

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