Volviendo a los pies del Cristo crucificado

En estos días la Iglesia, tanto de forma particular como colectiva, ha sido confrontada por las palabras de nuestro Señor Jesús: “Has dejado tu primer amor”. Sin embargo, el Señor nos presenta el misterio de su amor, manifestado de forma plena en la obra de la cruz. No hay otro camino, sino detenernos, y volver en arrepentimiento a los pies de Jesús, a los pies de su cruz, donde podemos ser renovados en nuestro primer amor, contemplando allí su amor eterno.
Apocalipsis 2:4-5; Jeremías 2:16; Lamentaciones 1:12; 1 Corintios 2:2; Sn. Juan 19:26

Apocalipsis 2:4-5: El Señor expone, a través de su luz, nuestra condición de haberlo dejado, de vivir una vida sin tenerlo a él como el centro de ella; también nos llama a recordar de dónde caímos y arrepentirnos.

Jeremías 2:16: Nos exhortar a detenernos en la vida que llevamos (sin el primer amor), y mirar, contemplar; en este caso, a la persona misma de Cristo y la mayor manifestación de amor que el mundo haya conocido. Detener nuestros pasos y volvernos en arrepentimiento, para ser renovados ante su infinito amor.

Lamentaciones 1:12: Nos presenta un cuadro dramático, donde Cristo mismo cuestiona nuestra devoción y contemplación de sus dolores, presentados de la mayor manera en la cruz del Calvario. Nosotros no lo miramos, pasamos de largo, escondemos el rostro del Crucificado y huimos de él.

Juan 19:26: El Señor nos espera, alzando su mirada para ver si alguno vuelve a él. En este caso, solo Juan volvió. A Juan se le encomienda escribir la carta a los efesios en Apocalipsis, porque él sabía. Él había vivido la amargura de haber abandonado a su Primer Amor; pero también experimentó el arrepentimiento y la renovación por parte del Señor, para ser ligado por toda la vida a aquella cruz donde fue puesto el Salvador.

El anhelo del Señor es que su iglesia se vuelva en arrepentimiento, al contemplar su amor, expresado de manera profunda y maravillosa, y volver a tener a Jesús como el primer amor en nuestras vidas. El Amado sigue esperándonos…

Compártelo: