Mensajes en “Avivamientos de la iglesia primitiva”

Avivamientos de la iglesia primitiva (Parte VI)

El desafío de los testigos de Cristo en el primer siglo era morir por el Señor. Nuestro desafío presente es vivir por el Señor. En la parábola del sembrador es posible identificar enemigos que persiguen a la iglesia hoy. El diablo, la superficialidad y las ansiedades son presentados con una clara luz de advertencia para que, como iglesia, reaccionemos a una relación viva con la palabra de Dios y seamos realmente los testigos de Cristo en esta generación.
Hechos 1:8, 2:32, 5:32; Mateo 13:3-9; Lucas 8:5-15; Hebreos 5:11,6:1; Hechos 11:19-26, 13:1-2.

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Avivamientos de la iglesia primitiva (Parte V)

Ante la inminente venida del Señor Jesús, él espera una iglesia donde pueda derramar de su Espíritu en los corazones de hombres y mujeres dispuestos a ser llenos, produciendo así un avivamiento glorioso. Aquellos que son llamados a participar de él han de entregarse completamente a la vida y el poder del Espíritu Santo.
Jn. 14:16-17; Lc. 24:49; Jn. 20:19-23; Mr. 16:12-14; Hch. 1:2-3, 4; 1 Jn. 1:2-3; Hch. 2:12-14; Hch. 2:44-47; Hch. 4:23-24, 31; Hch. 5:12

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Avivamientos de la iglesia primitiva (Parte IV)

Si no tenemos una experiencia viva y real con el Señor Jesús, viviremos un evangelio a la sombra de otros, del cual los otros hablan, y no del evangelio propio; un Cristo del cual otros hablan, y no el Cristo que nosotros tocamos.
Después de su resurrección, Jesús se presenta a sus discípulos. En su gran misericordia, es él quien da el primer paso. En esta ocasión, vemos cómo actúa con Tomás y con Pedro.
El Señor anhela ser tocado. Él quiere venir y transformar nuestra incredulidad en una experiencia real con él, sabiendo la incapacidad que tenemos como seres humanos para venir a su presencia.
Juan 20:26-31. Juan 21:1-14. Juan 18:10. Hechos 1:14. Hechos 2:1. Lucas 22:57-60.

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Avivamientos de la iglesia primitiva (Parte III)

Vivimos una época de aumento de la maldad en el mundo. A su vez, la iglesia se encuentra sumida en la prosperidad y comodidad. Debemos creer la palabra profetizada por Joel: “Después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne”. Para ello, es necesario ser quebrantados, pues Dios no camina con un pueblo de dura cerviz. En esta serie, continuamos revisando las visitaciones de Cristo previas a su ascensión. Desde tres ángulos de una misma visitación, encontramos la gran comisión encargada a los discípulos, a quienes Cristo les abrió la mente para entender las Escrituras, y sopló sobre ellos aliento de vida, iniciando así la gran obra del Espíritu Santo.
Marcos 16:14-18. Lucas 24:36-45. Juan 20:19-23. Éxodo 33:1-3. Salmo 34:18. Salmo 51:16-17. Hechos 7:51.

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Avivamientos de la iglesia primitiva (Parte II)

Los evangelios registran ciertas marcas mostradas en las apariciones de Jesús resucitado, las cuales el mismo Señor espera hallar hoy en medio de su iglesia. En estos postreros tiempos, el Señor derramará abundantemente de su Espíritu sobre toda carne, lo cual traerá un gran avivamiento previo a su venida, en medio de su Casa.
Hechos 1:1-5. Juan 20:11-18. Mateo 28:8-10. Lucas 24:13-35.

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Avivamientos de la iglesia primitiva (Parte I)

Si el libro de los Hechos nos muestra el inicio de la iglesia por medio de un gran avivamiento, tenemos que considerar que, al finalizar la consumación de esta dispensación, el Señor derramará un último y gran avivamiento sobre su pueblo, cuyo fin será reunir todas las cosas en Cristo, “en la dispensación del cumplimiento de los tiempos”.
Hechos 2:1-2; 3:21; Efesios 1:19; Hebreos 11:39-40, 12:1; Marcos 16:9-11; Juan 20:11-18; Salmos 24:7-10.

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