El anuncio del Consolador

El “otro Consolador”, el Espíritu Santo, fue enviado a la tierra para convencer al hombre de pecado, de justicia y de juicio, dejando en evidencia la realidad pecaminosa del hombre.
Ef. 2:1-3; Rom. 5:12; Juan 16:7-11; Is. 64:6, Col. 1:14; 2:15; 1 Jn. 3:8; Apoc. 20:1-2,10.

Antes de que el Espíritu Santo fuese manifestado en la tierra, la comprensión de pecado, justicia y juicio era medida por un nivel humano. Si un hombre pecaba, era considerado un pecador, y aquel que no pecaba era considerado un hombre bueno. Pero el Espíritu Santo probó en las conciencias de los hombres la culpabilidad, dejando claro que el hombre es pecador por naturaleza.

La expresión “convencerá” nos revela, en un contexto más original, que éste probará la culpabilidad cual abogado ante un juez. Con respecto a la justicia, él probará con evidencias que el hombre no es justo por hacer obras buenas, sino que éstas son como trapos de inmundicia ante un Dios santo. Y en cuanto al juicio nos dirá que nuestro enemigo, Satanás el diablo, ya fue juzgado, vencido y condenado por nuestro bendito Salvador Jesucristo.

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